
En los últimos años, los tribunales y la sociedad han tomado una mayor conciencia sobre la importancia de la relación entre los abuelos y sus nietos. La familia ha cambiado mucho: los divorcios son más frecuentes, las nuevas formas de convivencia se multiplican y los conflictos familiares pueden poner en riesgo los lazos más afectivos.
En este contexto, el derecho de visitas de los abuelos se ha consolidado como una figura clave dentro del Derecho de Familia, con el objetivo de proteger el interés superior del menor y garantizar que los niños y niñas puedan mantener el contacto con sus familiares más cercanos, incluso cuando los padres se separan o existen tensiones entre ellos.
A continuación te explicamos, de forma clara y accesible, qué dice la ley, cómo se regula el régimen de visitas de los abuelos y qué pasos se pueden dar para proteger estos vínculos tan importantes.
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La base legal del derecho de visitas de los abuelos
El Código Civil español, en su artículo 160, reconoce expresamente el derecho de los menores a relacionarse con sus abuelos, así como con otros parientes y allegados. Este artículo establece que “no podrán impedirse sin justa causa las relaciones personales del menor con sus abuelos y otros parientes y allegados”.
Esto significa que, en principio, la ley parte de una presunción favorable al mantenimiento de los vínculos familiares, siempre que ello sea positivo para el menor.
No se trata de un derecho absoluto de los abuelos, sino de un derecho relacional, que se valora siempre desde la óptica del interés del niño o la niña. En otras palabras: el objetivo no es satisfacer un deseo de los abuelos, sino proteger el bienestar emocional del menor y su desarrollo en un entorno familiar estable y afectivo.
Además, el artículo 94 del Código Civil, que regula el régimen de visitas tras la separación o el divorcio de los progenitores sirve de referencia para diseñar el régimen aplicable a los abuelos, aunque las circunstancias de cada familia pueden hacer que el contenido de esas visitas sea muy diferente.
¿Cuándo pueden los abuelos solicitar un régimen de visitas?
Existen muchas situaciones en las que los abuelos pueden verse apartados de sus nietos: separaciones conflictivas, desacuerdos con alguno de los progenitores, fallecimiento de uno de los padres, distanciamiento familiar o incluso medidas de protección de menores que afectan al entorno familiar.
En cualquiera de estos casos, los abuelos pueden solicitar judicialmente un régimen de visitas o comunicación si no consiguen llegar a un acuerdo con los progenitores. Este régimen puede incluir visitas presenciales, llamadas telefónicas, videollamadas o cualquier otra forma de contacto que el juez considere adecuada.
El proceso suele comenzar con una demanda de solicitud de régimen de visitas, que se tramita ante el Juzgado de Primera Instancia del domicilio del menor. Es un procedimiento en el que, además de los abuelos y los progenitores, el Ministerio Fiscal interviene siempre para garantizar que cualquier decisión respete el interés superior del menor.
El papel del interés superior del menor
Cualquier decisión judicial sobre el régimen de visitas de los abuelos se basa en un principio fundamental: el interés superior del menor.
Esto implica que el juez analizará cada caso concreto para valorar si el contacto con los abuelos beneficia o perjudica al niño o la niña. Algunos de los criterios que suelen tenerse en cuenta son:
La relación previa existente entre abuelos y nietos: si ha habido un vínculo afectivo estable, frecuente y positivo.
La opinión del menor, especialmente si tiene suficiente madurez para expresarla.
La actitud de los progenitores y de los abuelos: si han colaborado o si hay conflictos que podrían afectar emocionalmente al menor.
Las condiciones personales, de salud y de entorno de los abuelos, así como la distancia geográfica o la disponibilidad horaria.
Cualquier antecedente de conflicto grave, maltrato o negligencia que pueda poner en riesgo el bienestar del menor.
En definitiva, el juez busca asegurar que el contacto entre abuelos y nietos sea beneficioso, seguro y estable, sin agravar los conflictos familiares ni generar estrés emocional en los niños.
¿Cómo se establece el régimen de visitas?
El régimen de visitas de los abuelos no tiene una fórmula única. Cada caso se adapta a las circunstancias familiares y a las necesidades del menor.
Algunos ejemplos de regímenes habituales pueden ser:
- Visitas de unas horas a la semana, normalmente en casa de los abuelos o en un punto de encuentro familiar si existe conflicto entre adultos.
- Salidas de fin de semana alternos o periodos concretos durante las vacaciones escolares.
- Comunicación telefónica o por videollamada en determinados días y horarios, especialmente si los abuelos viven lejos.
- En casos excepcionales, cuando hay una relación muy estrecha y estable, pueden establecerse convivencias más prolongadas, aunque siempre con prudencia.
El contenido del régimen puede revisarse con el tiempo si cambian las circunstancias familiares o si el menor crece y sus necesidades varían. En muchos casos, los acuerdos iniciales sirven como punto de partida para restablecer una relación afectiva que había quedado interrumpida.
¿Qué ocurre si los padres se oponen?
Es frecuente que alguno de los progenitores se muestre reacio a permitir el contacto entre los abuelos y los nietos. Las causas pueden ser muy diversas: conflictos pasados, desconfianza, estilos de crianza distintos o simplemente tensiones derivadas de la separación.
Sin embargo, los padres no pueden impedir de forma injustificada que los abuelos vean a sus nietos. La ley es clara al respecto: solo se puede restringir el contacto si hay una causa justa, es decir, si existen motivos fundados que demuestren que esa relación sería perjudicial para el menor, como por ejemplo, comportamientos inadecuados, maltrato, manipulación emocional, etc…
En los casos en que el desacuerdo es profundo, el juez puede establecer un régimen de visitas tutelado o supervisado, en el que las visitas se realicen en presencia de un profesional o en un punto de encuentro familiar, garantizando así la seguridad y el bienestar del niño.
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Sabemos que el bienestar de tus nietos es tu máxima prioridad. No dejes que un conflicto familiar os distancie. La ley protege el derecho del menor a mantener la relación con sus abuelos.
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