María pudo empezar de cero gracias a la Ley de Segunda Oportunidad
Una historia real que demuestra que es posible liberarse de las deudas
María, vecina de una localidad murciana, es una madre trabajadora de 36 años que durante años luchó por sacar adelante a su hija Laura tras un divorcio complicado.
Su empleo como cajera en un supermercado apenas le permitía cubrir lo básico: alquiler, guardería, recibos de luz, agua e internet.
A todo ello se sumaban deudas con financieras y bancos que, por mucho que lo intentaba, ya no podía pagar. Cada mes la bola se hacía más grande y la sensación de ahogo era total.
Como tantas otras personas, María había confiado en tarjetas de crédito y préstamos personales para salir adelante. Al principio, aquello parecía una solución: “pago ahora y ya veré cómo lo devuelvo”. Pero pronto se encontró atrapada en una espiral imposible: cuotas impagables, intereses abusivos y llamadas de recobro constantes. La ansiedad se convirtió en una compañera diaria. Con apenas 1.000 euros al mes y gastos fijos superiores a la mitad de su salario, sencillamente no había salida.
En su caso, la suma de todas esas obligaciones alcanzaba casi 30.000 euros, repartidos entre distintas entidades financieras:
- Servicios Financieros Carrefour (posteriormente cedida a InvestCapital LTD): 17.416,54 € de un crédito de consumo.
- InvestCapital LTD: además le reclamaba 675,92 € derivados de la misma deuda y 694,68 € en un procedimiento judicial aparte.
- Caixabank, S.A.: 1.827,28 € de una tarjeta de crédito, más 553,95 € de un préstamo personal, a lo que se sumaban intereses y comisiones hasta un total de 5.548,18 €.
- Bankinter Consumer Finance: 1.500 € correspondientes a otra tarjeta de crédito.
La peor parte era ver cómo la situación afectaba a su hija. Laura era todavía pequeña, pero percibía el nerviosismo de su madre. María evitaba hablar del tema en casa, pero no podía disimular el miedo a abrir el buzón ni el temblor que sentía cada vez que sonaba el teléfono.
El paso valiente de pedir ayuda
Un día, una amiga le habló de la Ley de Segunda Oportunidad. Al principio le sonó a algo lejano, casi irreal. “Eso será para empresarios”, pensó. Pero investigando descubrió que también se aplicaba a personas físicas, a trabajadores y familias que como ella habían quedado atrapadas en un sobreendeudamiento imposible.
Aun así, le costó dar el paso. Sentía vergüenza. Como muchas personas en su situación, pensaba que pedir ayuda legal era “reconocer un fracaso”. Lo que no sabía entonces es que reconocer el problema era el primer paso para solucionarlo.
Finalmente, decidió acudir a nuestro despacho. Tras una primera reunión, comprendió que no estaba sola, que existía un procedimiento pensado precisamente para casos como el suyo y que podía empezar de nuevo sin deudas.
¿Qué es la Ley de Segunda Oportunidad?
La Ley de Segunda Oportunidad es una norma que permite a particulares y autónomos cancelar sus deudas cuando no pueden afrontarlas, siempre que actúen de buena fe. Su objetivo es claro: ofrecer una salida digna a personas sobreendeudadas para que puedan rehacer su vida y reincorporarse a la economía sin arrastrar cargas imposibles.
Requisitos principales
Para acogerse a la ley es necesario:
- Estar en situación de insolvencia, es decir, ser incapaz de pagar las deudas en los plazos acordados.
- Ser un deudor de buena fe: no haber ocultado bienes, no haberse endeudado de forma fraudulenta, y haber intentado en lo posible un acuerdo con los acreedores.
- No superar ciertos límites de deuda.
Concurso con masa y concurso sin masa
En el caso de María, se tramitó un concurso sin masa. Esto significa que no había bienes ni patrimonio que liquidar para pagar a los acreedores, por lo que el procedimiento fue más rápido. El juez, tras revisar la documentación, reconoció su insolvencia y declaró que cumplía las condiciones para acceder al beneficio de exoneración del pasivo insatisfecho (EPI).
En otros casos, cuando la persona tiene bienes (vivienda, vehículos, etc.), se puede iniciar un concurso con masa, en el que esos activos se liquidan antes de solicitar la exoneración.
¿Qué es el EPI?
El EPI es el corazón de la Ley de Segunda Oportunidad. Supone la cancelación de todas aquellas deudas que la persona no puede pagar. En la práctica, significa borrar esa losa que pesa sobre el deudor y darle la posibilidad real de empezar de cero.
La resolución judicial que cambió la vida de María
Tras varios meses de procedimiento, el Juzgado de lo Mercantil de Murcia concedió a María la exoneración de sus deudas. En el auto se reconocía que era una deudora de buena fe y que no existía posibilidad alguna de que pudiera afrontar los pagos pendientes.
Poco después, se dictó la resolución final que concluía el concurso y confirmaba la cancelación definitiva de sus deudas. Para María fue como volver a respirar después de años de angustia.
Nos decía emocionada: “Por primera vez en mucho tiempo duermo tranquila. Ya no tengo miedo de abrir el buzón ni de que suene el teléfono. Puedo dedicarme a mi hija y mirar al futuro sin cadenas”.
Beneficios prácticos de la Ley de Segunda Oportunidad
La historia de María es un ejemplo, pero los beneficios son comunes a todas las personas que logran acogerse a esta ley:
- Cancelación de deudas: tarjetas de crédito, préstamos personales, créditos rápidos e incluso deudas con Hacienda y la Seguridad Social en determinados casos.
- Recuperar la tranquilidad: se terminan las llamadas de recobro, las cartas amenazantes y la presión psicológica.
- Volver a empezar: poder alquilar una vivienda, contratar servicios básicos y rehacer la vida sin el peso del pasado.
- Impacto en la salud y la familia: reducir la ansiedad, mejorar el sueño y poder dedicar tiempo y energía a lo importante.
- Reinserción en la economía: la persona vuelve a ser productiva, puede trabajar, emprender o estudiar sin miedo a embargos.
Tras varios meses de procedimiento, el Juzgado de lo Mercantil de Murcia concedió a María la exoneración de todas sus deudas. Esto supuso la cancelación definitiva de más de 29.200 euros repartidos entre Carrefour/InvestCapital, Caixabank y Bankinter, liberándola por completo de la losa económica que la ahogaba.
El papel de ABOGADO PIQUERAS en este proceso
En nuestro despacho sabemos que llegar hasta aquí no es fácil. Cada cliente llega con su mochila de preocupaciones, con la sensación de estar atrapado y con miedo a ser juzgado. Nuestro primer trabajo es escuchar y explicar que no se trata de un fracaso, sino de un derecho legal pensado para proteger a las personas.
Acompañamos a cada cliente desde el primer día:
- Analizamos su situación con detalle.
- Preparamos toda la documentación necesaria.
- Llevamos el procedimiento ante el juzgado y defendemos sus intereses hasta el final.
En los últimos años hemos visto cómo decenas de personas lograban liberarse de sus deudas y empezar una nueva vida. Cada caso nos recuerda por qué es tan importante difundir esta ley y animar a quienes aún dudan a dar el paso.
Un nuevo comienzo está al alcance de tu mano
Casos como el de María muestran que la Ley de Segunda Oportunidad no es solo un recurso legal, sino una herramienta real para que personas y familias puedan rehacer sus vidas. Gracias a esta ley, miles de españoles ya no tienen que vivir bajo la presión de unas deudas que nunca podrían pagar.
Si está atravesando una situación parecida a la de María y cree que no hay salida, sepa que la hay. Póngase en contacto con nosotros: estudiaremos su caso y le guiaremos paso a paso para que también pueda dejar atrás sus deudas y recuperar su vida.
No deje que el miedo o la vergüenza le paralicen. La Ley de Segunda Oportunidad es exactamente eso: una segunda oportunidad para vivir sin deudas y recuperar la tranquilidad.
Gracias a la Ley de Segunda Oportunidad, María consiguió liberarse de casi 30.000 € de deudas con entidades como Carrefour, InvestCapital, Caixabank y Bankinter, recuperar la tranquilidad y empezar una nueva vida junto a su hija.