[Sobre usura y otros abusos]

Un día te da por revisar papeles, buscas el montón de folios que te dieron al salir de la notaría y te vienen a la cabeza algunos comentarios que has oído, historias que te han contado familiares o amigos, titulares que has visto en prensa, publicidad en buscadores y redes sociales…y te preguntas, ¿seré también un afectado por esto de las hipotecas, las tarjetas revolving y otros abusos de los bancos?

Me temo que tienes muchas posibilidades de serlo, la práctica mayoría de las hipotecas y contratos de tarjeta de crédito contienen cláusulas abusivas, a no ser que fueras un lince negociando con el banco, y consiguieras que te modificaran sus contratos estándar, te viste en la obligación de aceptar las condiciones tal y como el banco las redactó.

Para conseguir la nulidad de las cláusulas abusivas no basta con saber que las tienes, hace falta que de verdad quieras luchar contra ellas, que te nazca de dentro un: “no puedo más con este banco”, o un: “hasta aquí hemos llegado”, porque no solo son las famosas cláusulas suelo, el IRPH, los intereses de demora, o los intereses usurarios, a día de hoy, las quejas vienen de las comisiones por descubierto, IRPH, reclamación de impago, cuotas de la cuenta, etc.

Y contra todos estos abusos no solo se puede luchar, sino que se debe, aunque sea por amor propio.

EXPULSANDO CLÁUSULAS ABUSIVAS DE MI HIPOTECA

Muy bien, ya has hecho “click” y quieres plantarle cara a tu banco, porque, total, te han cerrado la mitad de las oficinas, si vas, te cobran hasta por mirar el boli, la mitad de las cosas te las haces a través de la aplicación y esa chica tan agradable que te atendía, hace tiempo que la pusieron de patitas en la calle.

La hipoteca es para muchos el contrato más importante que van a firmar a lo largo de su vida, paso imprescindible para la mayoría, si quieren acceder a una vivienda.

No habría estado de más que la entidad hubiera dedicado un tiempo generoso a explicar bien las condiciones del préstamo, lamentablemente, se saltaron este paso, había que vender como fuera, y no es hasta la crisis del 2008 que la gente empieza a ver que algo falla en la relación con la entidad, mi cuota no baja y el Euríbor si, llevo tres impagos y me quieren quitar la casa, los intereses de demora son estratosféricos…

Algún avezado compañero se encerró en su despacho y empezó a estudiar profundamente las cláusulas de los préstamos, y descubrió eso del tipo de interés mínimo, lo de los gastos de formalización, los intereses de demora…y unas cuantas más que no es al caso exponer, y lo llevó a los Tribunales, y venció, abriendo la puerta a que millones de hipotecados equilibrasen la balanza de sus derechos expulsando las cláusulas abusivas de sus préstamos.

Cualquier afectado puede pedir a un abogado especializado en hipotecas que revise su escritura, y, seguro, encontrará cláusulas nulas y perjudiciales para el consumidor, y, si es un experto en estos temas, se ofrecerá a llevar el asunto sin grandes, o ninguna provisión, liberando al cliente del riesgo del proceso, al fin y al cabo, fue la entidad financiera la que actuó mal, que pague ella las costas.

ANULANDO CONTRATOS DE NOVACIÓN DE CLÁUSULA SUELO

Los bancos no son tontos, ni mucho menos, durante años han campado a su anchas por el mundo hipotecario y financiero sin que nadie se atreviera a chistarles (y lo siguen haciendo), pero, por esas cosas de la revolución tecnológica, el interné, y los móviles, resulta que la ciudadanía se entera de casi todo lo que pasa, y contra eso, no estaban preparados.

Visto lo anterior, y cuando ya se había declarado la nulidad de las cláusulas suelo, pero no acababa de estar claro, pusieron en marcha sus enormes mecanismos y llamaron a los afectados a los imponentes despachos de los directores de sucursal, con premura, no fuera que pudieran pensar o consultar a un abogado.

Ahí mismo y sin opción a negociar, consultar, hacer cuentas o sacar el contrato de la sucursal, les ofrecieron lo que todo el mundo desea a final de mes, que les baje la cuota de la hipoteca, y, los incautos clientes, que todavía confiaban en la figura del director, y, en medio de una crisis de las importantes, aceptaron firmar el sencillo e inofensivo folio que el galtante director, o directora, ponía sobre su mesa.

Nada de fijar una cifra cierta sobre cuánto renunciaban a reclamar, nada sobre la parte del principal en que se reduciría el préstamo en caso de declaración de nulidad, nada sobre los intereses generados por las cantidades pagadas indebidamente, solo un, “échame una firmica ahí”, ponme de tu puño y letra esto de que “entiendo lo que es la cláusula suelo” (yo te dicto, como en el cole…), y hala, el mes que viene pagarás 7,25 € menos y podrás echarte dos cañas a nuestra salud, ¡hasta más ver!

Recientemente el TJUE ha abierto la puerta a declarar la nulidad de los acuerdos de novación de las cláusulas suelo, hace recaer en la entidad la carga de la prueba de que todo lo que hemos dicho que no hicieron, si se hizo, por aquello de estar bien informado antes de firmar nada y saber de cuánto estamos hablando…que en muchas ocasiones eran los miles de euros que muchas familias necesitaban para, en medio de un descalabro económico, provocado por los bancos, haberlo pasado un poquito menos mal.

RECUPERANDO INTERESES DE LA TARJETA REVOLVING

Llegamos al último apartado de nuestro artículo, las tarjetas de crédito revolving, esto si que es un buen invento y una máquina de hacer dinero.

Maliciosamente inofensivas, así las definiría.

Recuerdo un podcast de mi profesor de Derecho Civil, en el que hablaba de la contratación fuera de establecimiento mercantil, concretamente de los stands de los supermercados, decía que a Manolo, después de tres horas recorriendo el Carrefour con su querida esposa, en sábado por la tarde, tras una semana de duro trabajo, podían venderle lo que les pareciera bien que lo iba a firmar sin rechistar, pues, justificadamente, tenía el 95% de sus pensamientos concentrados en la cervecita de después.

Básicamente este ha sido el método de venta de estos perniciosos productos financieros, podéis cambiar si os parece bien Carrefour por la gasolinera o la estación, y a Manolo por Pepito, Laura o Mari Trini, la situación sería sustancialmente la misma, sitio donde no te pones a discutir condiciones, donde vas con prisa y estás con la cabeza en otra parte, y donde te crees todas las bondades del producto, sin siquiera pensar en las maldades que esconde, en el caso que nos ocupa, intereses usurarios del 26,27 ó 28%.

Hay una situación aún peor, y es que te la hayan vendido en el banco del que eres cliente de toda la vida, y donde firmas por confianza, no por ir con prisas, ya hablaremos sobre esto en otra ocasión.

Como decíamos, estos productos llevan indisolublemente unida la aplicación de intereses usurarios, que son aquellos “manifiestamente desproporcionados para las circunstancias del caso”, y, todo hay que decirlo, si eres un moroso profesional, es seguro que no te dan la tarjeta, quiero decir, que en las situaciones en las que estaría justificado un 27% de interés, el emisor de la tarjeta lo sabe, y deniega su concesión.

Por suerte, para el incauto consumidor que usó la tarjeta hasta para ir a por el pan, porque se le había quedado que era gratis, o que el interés era del 2% (anual! Que no mensual [26.82% TAE ANUAL]), el Tribunal Supremo ha dicho que esos intereses se salen de madre y que son nulos y usurarios, y que a la entidad le toca devolver la totalidad de lo cobrado por ellos, y si, por el camino ha habido comisiones, cuotas o seguros, que también los tiene que devolver que la usura implica la nulidad del contrato y todo lo que esté en él.

Así que entidades como WIZINK (que absorbió a CITIBANK y BARCLAYS), Banco Sabadell, Caixabank o Bankintercard, se están encontrando con miles de reclamaciones del dinero pagado por intereses abusivos, y, como pueden, van capeando el temporal.

ME HE SENTIDO IDENTIFICADO, ¿QUÉ HAGO?

Como comentaba al principio, o eres un fenómeno de las finanzas con altas capacidades para la negociación, o seguro que, por algún sitio, el banco te ha hecho un roto.

Si estás decidido a hacer algo, puedes empezar la batalla tu solo. En internet encontrarás tanta información como para acabar no sabiendo que es verdad y que no, aunque con un poco de esfuerzo, descubrirás el camino que debes seguir.

También puedes ponerte en manos de abogados, mejor si son especialistas en el tema, como nosotros, y todo será más fácil, rápido y sencillo. Tenemos por norma no embarcar a los clientes en pleitos sin mucho sentido, así que, si quieres ahorrar tiempo, dinero y esfuerzo e ir a lo seguro, contacta con nosotros, estaremos encantados de ayudarte.